miércoles, 5 de agosto de 2009

La hipocresía de la censura mala y la censura buena

El Comité Federal de Radiodifusión reveló en su página web, con toda la soberbia de un organismo estatal, que “pone en conocimiento público los archivos de la dictadura en los que figuran listados de temas musicales y artistas prohibidos a la difusión entre 1978 y 1983. También subrayan que se encuentra el documento de forma “gratuita” a disposición pública.
Pocas veces una noticia me generó tantas indignaciones juntas. Generalmente uno se indigna de un hecho en puntual, pero esta vez fue una tras otra.
La lista censurada en los 70 incluía clásicos como “The Wall” de “Pink Floyd”, “Tie your mother down” de Queen y “Cara de tramposo, ojos de atorrante” de Cacho Castaña. El organismo, que bajo un gobierno militar decía lo que podíamos escuchar y lo que no, hoy nos dice en su sitio oficial que repudian los abusos realizados durante la década del setenta. Pero en el mismo portal encontramos sus objetivos, hoy, en democracia:
“El COMFER es un organismo autárquico del Estado Nacional responsable de regular, controlar y fiscalizar la instalación y funcionamiento de las emisoras de radio y televisión en todo el país”.
O sea, aún hoy mantienen las atribuciones de censura, pero no para ser “malos” como con los militares, sino para ser “buenos” y desde su sentido común distinguir entre lo que puede difundirse y lo que no. Como si esto fuera poco y como si no les pagáramos el sueldo y los gastos a todos los funcionarios que lo integran tenemos que recibir con beneplácito el subrayado debajo de “gratuito”, cuando nos dicen que tenemos el derecho de pedirles la lista sin abonar nada directamente.
El único comunicado digno que puede sacar una institución pública como el CONFER es la notificación del cese de sus actividades con un pedido de disculpas a la ciudadanía por tantos años de soberbia y dineros públicos designados a los bolsillos de los amigos de los gobernantes de turno.