¿Alguien se preguntó por qué a la hora del análisis filosófico no aparece mucho más el pensamiento respecto al sexo, al amor y a otras cuestiones prácticamente ignoradas por los filósofos?
Todos leemos y estudiamos la filosofía en las ideas políticas, en la economía, en la sociología y nunca nos pusimos a buscar toda la tela para cortar que ofrecen los asuntos del “corazón”.
Definitivamente hay mucho que pensar en el comportamiento humano todavía. ¿Como es posible que existan miles de obras acerca del hombre y la sociedad y nadie se haya puesto a analizar empíricamente a un hombre enamorado o simplemente al comportamiento más instintivo a la hora de desear a una mujer? ¿Vamos a esperar que nuestros referentes en la materia pierdan la cabeza por una mina o nos vamos a animar a pensar un poco por nosotros y a aceptarnos a pesar de las conclusiones y como estas afecten nuestras creencias, estructuras y por qué no, amor propio?
Metamos mano, veamos que hay adentro. Vamos a sentir…que no se por qué mierda…nos olvidamos que es hermoso.
lunes, 3 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Eros y civilización de Herbert Marcusse es un ejemplo. Aunque no sé qué tanto podrá sacar en limpio un liberal de una obra escrita en el marco de la Escuela de Frankfurt. Amor líquido de Zygmunt Bauman es otro. Dos miradas con medio siglo de distancia entre ellas. Tienen que servir para empezar, ¿no?
Publicar un comentario