martes, 18 de octubre de 2011

Educando a mi amiga Rocío, docente defensora de la educación pública gratuita y para todos, esclava inconciente de la matrix estatal


Antes que nada… ¿Qué es la educación gratuita? Una mentira. Un verso. Un engaño populista.

¿Por qué? Porque no se trata de un servicio “gratis”…

Esta institución consigue los recursos económicos mediante la coerción del estado y los impuestos. Esos recursos de toda la sociedad van a los insumos, sueldos de los maestros, directores, pero por sobre toda las cosas a la burocracia del sistema. Imaginemos el caso que todos los docentes realmente quieran brindar “educación gratuita” sin cobrar del estado los recursos impositivos, tampoco sería un servicio gratuito, ya que todos esos trabajadores estarían pagando el costo de oportunidad de hacer otras cosas durante el tiempo asignado a esa actividad (ganar dinero en otras cosas, divertirse, pasatiempos, descansar, etc.) o sea…nada es gratis en la vida. Cuando uno compra una cerveza, la cambia por la cantidad de billetes que sale porque evalúa (a priori) que ese esa bebida (como cualquier otro bien) lo va a hacer más feliz que ese dinero en el bolsillo. Cuando uno ayuda a su prójimo, por ejemplo, dedicando tiempo para educarlo, es porque se siente más satisfecho con esa inversión de tiempo y esfuerzo, que no haciéndola. En ambos casos el mecanismo es el mismo: valoraciones subjetivas, recursos escasos (tiempo o dinero) e intercambio.

Por lo tanto, para ser intelectualmente honestos, todos los que piensen que la sociedad debe ayudar a las personas que no tengan acceso a una educación en el mercado, para empezar deberían cambiar el slogan mentiroso de “educación gratis para todos” y evaluar cuál es el sistema más eficiente para que toda la gente tengan acceso a la educación, es decir, precios más bajos en el sistema privado y una eficiente asignación de subsidios a quienes no puedan afrontar ese costo con sus propios recursos.

¿Están “los abanderados de la causa” dispuestos a renunciar a slogans pelotudos, mentirosos, contraproducentes, si un día descubren que otro sistema puede brindarles los resultados que buscan por otro camino? ¿Realmente están preocupados por que todos tengan acceso a la educación? ¿Tanto como para tener la valentía y la grandeza de aceptar que su “lucha” va por el camino equivocado? Si la respuesta es NO, Rocío tenés que saber que tu “lucha” beneficia a las corporaciones y perjudica la educación que supuestamente defendés, sobre todo a la de los más necesitados. Si la respuesta es SI, seguí leyendo. Pensalo bien. Es una pregunta algo más importante de lo que parece y aplica a muchos ámbitos más de la vida el tema…

¿Por qué es ineficiente la educación “pública”? La respuesta que los defensores de la “educación gratuita para todos” articulan automáticamente es: “Porque hacen falta más recursos del estado, para más y mejor educación” ¿Es así? NO, ESO ES ALGO TOTALMENTE INEXACTO. Al menos en los términos simplistas de causalidad planteados.

Para que esa premisa sea cierta tendríamos que aceptar que cada centavo asignado a la educación (como puede ser a la salud o a cualquier otra cosa) es gastado de la manera más eficiente, es decir, consiguiendo lo máximo que se puede al menor costo posible. Como dijo Milton Friedman hay cuatro formas de gastar dinero: nuestra plata con cosas para nosotros (eficiente asignación de los recursos escasos, menor cantidad de dinero posible para la mejor calidad disponible de “x” bien), dinero de otros para nosotros (menos eficiente, priorizamos lo que compramos por sobre el recurso económico destinado), dinero nuestro para otros (también menos eficiente, ya que cuidamos más el recurso económico que el producto adquirido), y la forma menos eficiente de todas: dinero de otros para cosas de otros. Así gasta el estado: la plata de los contribuyentes para cosas que no son para los gobernantes, que no utilizan ni la salud ni la educación pública. Es por eso que las escuelas estatales designan más dinero por alumno en relación a lo que pagan los padres de muchas escuelas privadas por la educación de sus hijos.

Ante esta realidad cuando Cristina Fernández dice que incrementó los recursos del presupuesto para educación, yo digo… “¿Y con eso qué?”. Se puede gastar más y ser más ineficiente. Dicho sea de paso, es lo que pasa en Argentina.

Una vez que se comprendió que la manera más eficiente de utilizar un recurso es poseerlo, el primer punto para salir de la matrix es discutir la financiación del sistema educativo. Algo que nuestros amigos ilusos ni siquiera se preguntan, pero que es esencial para lo que ellos supuestamente demandan.

Yo dije que es posible mejor educación, no dije que sea fácil de comprender para los que están sumergidos en el paradigma imperante…¿Estás dispuesta a luchar realmente por el sistema educativo? ¿Tanto como para parar, prestarle atención a cada renglón, releer lo que no entiendas y estar dispuesta a considerar ideas que nunca se te pasaron por la cabeza? Si la respuesta es SI, puede ser que en serio te preocupe el tema de la educación…entonces seguí leyendo…

Respecto a la financiación y considerando las formas eficientes de gastar (asignar) el dinero, si pensamos que la sociedad debe hacerse cargo de los que no puedan acceder a una educación privada ya tenemos dos cosas en concreto: terminar con la mentira de la “educación gratis” en el reclamo y darle en la mano a los beneficiarios de la educación pública el recurso (subsidio) sin intermediarios. Esto puede hacerse modificando el rol del estado: dejando de subsidiar la oferta y comenzando a subsidiar la demanda. Sea la cantidad de dinero que fuera, el presupuesto siempre será mejor utilizado si se reparte en forma de bonos a los padres y que éstos puedan ser cambiados luego por el dinero correspondiente por parte de las instituciones elegidas una vez cobrados. Para que el sistema sea verdaderamente eficiente los padres tendrían que tener más incentivos que la cercanía de la escuela para mandar a sus hijos. Para esto es necesario liberar a las instituciones educativas de contenidos compulsivos y reglamentos por parte del estado. Si todos los establecimientos ofrecen lo mismo la competencia es muy limitada, si los modelos alternativos conviven, la gente se vuelca a los mejores y los peores aprenden. Ante esta idea tan básica, lamentablemente revolucionaria, nuestros amigos ingenuos tienen otra respuesta automática: “¿Pero qué va a pasar si una escuela no quiere dar matemáticas o no enseña a leer?”. Dos conclusiones básicas: 1) El estado no inventó ni la matemática, ni las ciencias, ni la literatura, ni nada. Todo eso apareció de manera espontánea de la mano de individuos creativos que no fueron a una escuela de contenidos obligatorios. 2) ¿Qué padre mandaría a su hijo a una escuela que no de las cosas básicas indispensables para la vida? y por lo tanto…¿Qué escuela querría quedarse sin los recursos económicos que conseguirían de la mano de la mayor cantidad de alumnos posibles?

Con un cambio en este sentido mejoraría el nivel educativo y los maestros más aptos de las escuelas más innovadoras conseguirían “increíbles mejoras salariales”, no por parte del estado, sino por parte de los que premiarían el éxito de su trabajo.

Adiós huelgas, conflictos laborales, paros, sin contar las repetidas y absurdas noticias de cada inicio de ciclo lectivo donde los programas se hacen eco del debate político sobre si hay que sacar o no las amonestaciones, con los panelistas que se creen sabios ingenieros sociales. En medio de esos adultos jugando, la educación de todos los chicos de rehén. ¿Cuál es el mejor sistema? Yo no lo sé. Pero lo más importante es que nadie lo sabe y lo más seguro es que haya mucho más que uno.

Si como dije, el estado no inventó ni la matemática, ni la geometría, ni la biología, todas ciencias que se desarrollaron en un mundo más pobre y desigual donde sólo unos pocos comían todos los días y donde los más ricos de entonces no poseían ni el nivel de vida que tiene hoy alguien que gana un salario mínimo…¿Te imaginás el salto cuantitativo que podría dar la humanidad en este momento de la historia si se liberara el sistema educacional?

El conflicto chileno: ¿El fracaso del capitalismo o la pereza intelectual?

Si la educación universitaria es cara e inaccesible para la mayoría de las personas el diablo metió la cola (o el estado está interviniendo el mercado, que es lo mismo).

Ante las manifestaciones populares en Chile que solicitan “educación gratis para todos”, con motivo de los elevados costos de las universidades privadas el progresismo berreta (que de progresista no tiene nada) proclama a los cuatro vientos que fracasó el mercado, que uno no puede endeudarse toda una vida para pagar la educación (muy lógico) y que el estado tiene que destinar más plata para que todos estudien, sin preguntarse si quiera que produce ese fenómeno, mejor dicho, distorsión. Por más que muchos amigos nuestros se sumen a este reclamo, como mi querida Rocío a quien le escribo hoy, eso no quita que no seamos honestos y les señalemos lo que son: vagos intelectuales que bailan al son de la música que le ponen sin cuestionarse que podrían cambiar el disco.

Cabe destacar que el fenómeno chileno tiene dos responsables: No sólo la izquierda distraída e infantil, sino también las derecha conservadora que se daba por satisfecha sólo por el hecho de que no exista una educación pública universal, sin saber que cuando no hay un sistema libre, corre inevitablemente el tic-tac de una bomba de tiempo que explota en cualquier momento. Y las lecturas del hecho son casi siempre incorrectas, como ocurrió con la crisis de 2001 en nuestro país.

Un collar de perlas, un anillo de diamantes o un lingote de oro, a no ser que ocurra un fenómeno extraordinario como el descubrimiento de grandes yacimientos o una enorme donación extraterrestre de estos bienes preciados, siempre van a tener un alto costo. ¿Por qué? Porque la gente los desea y porque no se pueden producir en masa en el mercado. Yo me puedo dedicar a fabricar computadoras pero no me puedo poner a inventar oro. A lo sumo puedo ir a buscarlo, requiriendo grandes inversiones y sin garantías de éxito. Por eso el precio de un bien tiende a bajar mientras aumenta su producción y el del otro prácticamente se mantiene.

Ahora yo les pregunto a todos los defensores de la “educación gratis para todos”: ¿No se preguntan por qué carajo un servicio que consta de un sólo tipo enfrente de un pizarrón con una tiza sale una fortuna? ¿No se preguntan como puede ser que, supongamos cuarenta personas, que pueden entrar en un aula tengan que disponer de grandes sumas de dinero para estar en un lugar, adquiriendo un servicio/ producto que no requiere de maquinaria ni de materias primas, ni de cientos de operarios? ¿No les llama la atención que la mayoría de gente tenga televisor, cable, internet, celular, heladera, horno y no pueda pagar un servicio que tiene mucho menos costo que todo eso? Claro que un profesor puede decir “mi clase vale una fortuna” y unos quieran y puedan pagarlo, pero eso no quita que pueda aparecer un competidor que pueda dar la misma clase más barato.

Me gustaría dejarles estas cuestiones picando y terminar de escribir acá, pero dado que la pereza intelectual que los lleva a abrazar estas proclamas absurdas es tan grande y dado que estoy escribiendo hace una hora, voy a seguir hasta el final. Puede que alguien lea y le caiga una ficha.

A pesar de que la finalidad del sistema educativo debería ser educar, la intervención del estado lo convirtió en un fin en sí mismo: Una carrera de obstáculos para el alumno que debe buscar el título habilitante por sobre todas las cosas para ejercer su regulado oficio, dejando los conocimientos adquiridos en un segundo plano. ¡Un escándalo para el que se anime a mirar esta realidad por sí mismo! Si el estado se quitara del medio eliminando los impedimentos para abrir centros de estudios libres, las regulaciones, las habilitaciones de títulos y matrículas obligatorias para las instituciones educativas estaríamos ante una revolución educativa sin precedentes. No solo la corporación privada perdería todos los privilegios…estaríamos ante un increíble derrumbe de los precios ante la multiplicidad de institutos, escuelas, academias, universidades y centros de estudios. La gente iría donde le garanticen lo que más quiere aprender, lo que necesita para el mercado laboral, oficio o satisfacción personal y la constante competencia generaría un justo prestigio a las iniciativas más virtuosas. ¿Se imaginan que pasaría si dos profesores de derecho de una universidad tradicional con aspiraciones de crecimiento pudieran alquilar una casa chorizo en un barrio y abrir su propia facultad sin estar impedidos por los altos costos de ingreso al sistema, impuestos, regulaciones, burocracias y habilitaciones necesarias, que sólo pueden enfrentar las grandes empresas? Si logran hacerlo puede que entiendan como conseguir una educación de calidad para todos. Si logran entender esto, puede que entiendan cómo conseguir todo lo que conocemos para todos. Por supuesto que seguirán existiendo instituciones caras que vendan su nombre para gente que pueda y esté dispuesto a pagarlo, pero eso es otro tema.

¿Cuál es el problema al final? ¿La desigualdad o la pobreza y la exclusión? Lo primero es una condición inevitable de la humanidad, lo segundo tiene solución. Al que crea que el problema es la desigualdad yo le recuerdo que hay más desigualdad económica entre Carlos Slim y Marcelo Tinelli, que entre la mayoría de nosotros y el exitoso conductor de tv…Y no sólo eso… que todos nosotros no tenemos el nivel de vida que tiene él, solamente por las medidas que les pedimos a gritos a nuestros gobernantes en todo el mundo durante el último siglo. Bueno…“pedimos”, yo no, ustedes que son mayoría.

Desregulando el sistema educativo los costos serían tan accesibles a presupuestos modestos como lo es comprar ropa. Lógico que siempre existirán los jeans top, pero todo el mundo tendrá acceso a un pantalón y una camisa de buena calidad (los que nos vestimos en Once sabemos que no siempre marca fashion es sinónimo de buena mercadería). El problema no es aceptar que existirán universidades top, sino que ustedes entiendan que el mismo mecanismo que provee pantalones accesibles para todo el mundo puede hacer exactamente lo mismo con la educación: porque es lo mismo que eso, un bien en el mercado sujeto a la oferta y la demanda, encarecido por la regulación estatal: el capricho más caro y asesino de la historia de la humanidad.

Ahora depende de ustedes… o paran la pelota y piensan un poco el problema buscando una solución lógica… o continúan repitiendo estupideces que lo único que hacen es mantener los privilegios de unos pocos empresarios, mientras que miles de posibles emprendedores que podrían hacer el milagro mueren como empleados y el estado destruye la educación.

6 comentarios:

Diego dijo...

Impecable, te felicito por este magnifico articulo. Lo voy a difundir a muchos ilusos que todavia creen en la educación gratuita.

Anónimo dijo...

Si me permitis responder a tu texto, estimado Marcelo. Conste que me tome el trabajo de leer y analizar tu texto punto por punto, agradeceria que lo mismo fuera hecho con el mio. Saludos

http://eduardokilmister.wordpress.com/2011/10/20/think-tank-respuesta-al-educador-de-rocio/

Diego dijo...

eduardo, acabo de leer completo tu post y solo te respondo algo: a alguien le falto estudiar economía por aca jeje. Primero que nada, el estado es un sistema social que solo debe tener la responsabilidad de cuidar los derechos y la seguridad de los individuos (que no son estado), no de controlar la forma en que comercian. Un individuo solo debe pagar sus impuesto para obtener seguridad, seguridad en su propiedad privada, su vida y la forma de administrar sus ingresos. Al no entender esto que es fundamental, escribes toda la patraña (con todo respeto) que acabo de leer. Veo que te falta visitar personalmente escuelas publicas y colegios privados para darte cuenta de la fatalidad de tu razonamiento altruista (bienintencionado y racional), pero en un campo donde las conductas humanas solo se rigen por la eficiencia y el interés y no por la bondad o la razón.

Anónimo dijo...

Che, DB, a vos te falto estudiar sociologia y filosofia. La vida es mas que numeros y cifras. Y alguien con conocimientos basicos de politica y sociologia sabe que el Estado somos todos, y que los impuestos son mas que seguridad, y que el estado es mas que controlar o no el comercio. Por otra parte visito a menudo escuelas de ambos tipos, ademas de que desarrolle mis estudios en dos escuelas publicas, y dos privadas, en una de las privadas estoy terminando mis estudios ahora. Y los intereses, tanto como la bondad o la maldad, la razon o los sentimientos, etc, son muchas cosas las que rigen al mundo, no solo los conceptos de eficiencia. Malthus, David Ricardo y Adam Smith podian tener buenas ideas sobre economia... Sobre economia. No es conveniente el traslado de disciplinas y metodologias de una ciencia determinada a un objeto de estudio que le es ajeno, como analizar las conductas e ideologias humanas mediante la optica de los conceptos de economia. Ya no estamos entre los organicistas del Siglo XVII, maestro. Despertate, que de Smith y Bacon para esta parte, corrio mucha agua por el rio de las ciencias.

@elcubano dijo...

Aunque sé que llego tardísimo a este debate, me da mucha lástima que la última frase del mismo sea: "de Smith y Bacon para esta parte, corrio mucha agua por el rio de las ciencias."

Así que sólo quisiera agregar que SÍ ha corrido mucha agua desde entonces. Han pasado nada más y nada menos que Walras y Pareto, Jevons y Marshall, Menger, Böhm-Bawerk, Mises, Schumpeter y Hayek... Milton Friedman, Ronald Coase, Douglas North, Gary Becker, James Buchanan, Amartya Sen... ¿para qué seguir?

En fin, o a Eduardo le gusta subirse al vagón de los que quieren caricaturizar al Liberalismo como una ideología de siglo XVIII y antimoderna... o REALMENTE le falta mucho por aprender.

JOLW dijo...

Y cómo puede ser que nadie habla de Keynes en este "debate"? Chicos, siendo tan europeos del siglo XIX, les toca ya viajar a Alemania y a los países nórdicos para ver como sufren los pobres ciudadanos... Da pena, sobre todo cuando uno considera los infinitos milagros de las economías latinoamericanas a través de la historia! Ahora, oremos todos por los pobres pueblos oprimidos del norte de Europa.